Mucho ha evolucionado el mercado de las piletas de lona desde aquellas pequeñas piletas de forma redonda y
aros que se inflaban en las que todos hemos disfrutado de algún baño cuando
éramos bebés. Aunque esos modelos clásicos de piletas de lona siguen existiendo, lo cierto es que, ahora hay tal
variedad de diseños y dimensiones que se pueden convertir en una perfecta
alternativa a las piletas de obra o prefabricadas.
Sin embargo, los mayores usuarios de piletas de lona son aquellos que disponen de un espacio no muy
grande en su jardín o terraza y cuentan con niños en su núcleo familiar. Para
los más pequeños basta con los modelos más sencillos y pequeños de piletas. De hecho, se
recomienda que se bañen en las que no superan los 40 cm de alto, para mayor
seguridad.
En el caso de terrazas en viviendas comunitarias, es
imprescindible consultar con la comunidad de propietarios si las normas
permiten la instalación de piletas de
lona. Pero, además, se recomienda consultar con un técnico en arquitectura
para que compruebe el estado del piso y su resistencia. Hay que tener en cuenta
que el techo va a soportar un sobrepeso de unos 200 kg por cada metro cuadrado
con una altura de 20 cm de agua. Y nunca se usarán piletas de lona en balcones, precisamente porque no están diseñados
para soportar esta sobrecarga.
Siempre conviene
colocar las piletas de lona sobre
una base que nivele y proteja su suelo, bien de espuma o de lona.
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