Está claro que contar con una pileta en nuestra casa es una
excelente manera de revalorizarla. Más aún si la viene acompañada de una
parte dedicada a la planificación de su entorno, el paisaje que la
rodea, que no comprende únicamente el jardín, sino que también incluye los
muebles que los ocupan u otros accesorios como las pérgolas. Aunque está claro
que todo el que quiere una pileta la quiere por el disfrute que proporciona
tener la propia en tu recinto privado.
En el caso que estés decidido a adquirir una pileta debes
considerar las piletas de fibra, lo cual es una ventaja se vea por donde se
vea, primero por su precio, mucho más bajo que el de una pileta de obra, o
incluso más barata que una pileta de vinilo. Y en segundo lugar, pero no por
eso menos importante, es la rapidez con la que podemos disponer de ella, que
puede estar lista en nuestro jardín en una semana.
Todos los fabricantes y profesionales de piletas coinciden
en elogiar estas piletas, la durabilidad, y la calidad, y es por eso que las
garantías que ofrecen pueden llegar a los 15 años.
Además las piletas de fibra cuentan con una completa gama de
productos y accesorios diseñados exclusivamente para ellas, como las escaleras,
los productos de limpieza, etc. No sólo eso, la superficie de las piletas de
fibra evitan que las algas se peguen a ellas Y en comparación con las piletas
de hormigón y de vinilo, los fabricantes indican que el tiempo y el coste
dedicado a la conservación de la fibra son menores. Esto es porque
la superficie de la pileta para evitar la adherencia de algas que alteran el
equilibrio del agua, por lo tanto no necesitan muchos productos para solucionar
este tipo de problemas.
A pesar de todos los puntos a favor, como en todo, también hay
inconvenientes, y es que la libertad de elección del tamaño y la forma se ven
limitadas a los modelos ofrecidos por el fabricante. No obstante, cada día las empresas invierten más en innovación: modelos y sistemas más compactos, que vienen
con sillas, pequeñas playas y dispositivos de hidromasaje.
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