jueves, 25 de octubre de 2012

Baños turcos

El baño turco, también conocido como hamman tiene beneficios que son indiscutibles para la piel y también para la salud. Utilizar de manera constante los baños turcos ayuda a prevenir enfermedades, desequilibrios en el organismo y dolencias. 


El baño turco es muy similar a la sauna pero la diferencia es que en vez de ser calor seco, se basa en un calor húmedo. La temperatura es menor que en la sauna, pero el grado de humedad es mayor. 
La humedad del ambiente que existe en el baño turco hace que se recubra toda la piel y no se sude, debido a que el vapor del agua hace la función de dispersión del calor. La temperatura no es uniforme puesto que en el suelo se encuentre entre los 20 y 25 grados, a metro y medios alrededor de los 40 grados y de los 50 a la altura de la cabeza. La niebla que se produce en los baños turcos se debe a que existe una humedad relativa del 99%.

El calor que se genera se debe a que el agua caliente circula a través de tuberías instaladas en las paredes que rodean la sala. Además, se suelen añadir vapores aromáticos.

Las personas con problemas de circulación o algún tipo de enfermedad cardíaca deben consultar antes de utilizar estas instalaciones a un médico.

Los baños turcos originales no se utilizaban para mejorar la piel, sino que eran un sitio de encuentro social. En Estambul pese a que han desaparecido muchos, todavía pueden encontrarse algunos como el “Cagaloglu Hamami” o el “Galatasaray Hamami” que son baños turcos auténticos.
Agua y más, Actualizado en: 7:39

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