Todos sabemos que las piletas son un foco preferente de
diversión durante los días de más calor, sobre todo para los más pequeños de la
casa. Sin embargo, en función de las condiciones en las que se mantenga el agua
y de los hábitos higiénicos de quienes la usan, se pueden convertir en un foco
de molestias y de transmisión de ciertas enfermedades que pueden acabar
arruinando nuestras vacaciones.
La otitis de pileta encabeza, por desgracia, la lista de
esas infecciones que se transmiten con demasiada frecuencia en las piletas. No
es una dolencia grave pero sí resulta muy molesta y dolorosa, por lo que se
recomienda tomar las máximas medidas para evitarla.
Cómo tiene que ser el mantenimiento del agua para evitar la otitis de pileta
En el caso de las piletas
de uso público gran parte de esta responsabilidad recae en los encargados de su
mantenimiento, pero en las privada somos nosotros quienes debemos ocuparnos de
que el estado del agua sea el más limpio posible, sobre todo con un buen
depurado y con la aplicación de los productos desinfectantes pertinentes.
Generalmente, manteniendo los niveles de cloro y pH estables, no tenemos por
qué preocuparnos.
Qué tienen que hacer los bañistas para evitar la otitis de pileta
Otra parte igualmente importante y de la que somos
responsables los usuarios siempre es de bañarnos en perfectas condiciones
higiénicas. Debemos acostumbrarnos a una ducha antes y después de cada baño en
la pileta.
Por supuesto, no debemos usarlas si estamos enfermos, pues
contribuiríamos a que otros se pudieran contagiar. Y, en casos de reincidencia
en la otitis, usar tapones o gorros que impidan que el agua entre en contacto
directo con nuestros oídos.
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