Si todo el mundo
pudiese disponer de su propia pileta en casa, imagino que pocas
personas podrían discutir las ventajas que implica. No es necesario
que tengamos niños entre los miembros de nuestra familia, aunque si
los hay es aún más evidente, que es mucho más fácil combatir los
rigores del calor más intenso sumergiéndose en el agua.
Una vez tomada la decisión de
construir una pileta en nuestra vivienda, es imprescindible que
meditemos bien cuál es el modelo y las dimensiones que más
nos interesa. No debemos dejarnos llevar solo por nuestros gustos
estéticos, aunque está claro que son un factor a considerar.
Pero, primero debemos fijarnos bien en
detalles como el uso que vamos a darles, tanto en frecuencia de uso
como en la cantidad de personas que van a usar la pileta de
manera habitual. Más o menos, lo común es un cálculo de unos 3,5
metros por persona.
Tampoco podemos olvidarnos de la
profundidad, con niveles de altura que vayan desde el metro a
los dos metros de manera común.
Para la construcción es imprescindible
estudiar bien el terreno, en lo que se refiere a ubicación y
también a la composición del mismo. La orientación al norte
o al sur está más aconsejada según estemos en una zona más o
menos cálida. Es mejor que aprovechemos una zona que presente algo
de elevación porque facilitará el drenaje y la instalación de las
tuberías.
Cuidado con la zonas rocosas, porque
pueden plantear problemas en el momento de la excavación, mientras
que si es un terreno pantanoso habrá que tener cuidado con que no
interfiera en el drenaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario