Los cerramientos para piletas pueden clasificarse atendiendo a diferentes características, a su material, a su forma o a su mecanismo. La principal diferencia que puede establecerse es la de cerramientos fijos o cerraientos plegables. Los fijos son una estructura rígida, aunque liviana, y los plegables, como su propio nombre indica, son la dan la posibilidad de plegarse o desplegarse según quiera el usuario.
También hay cerramientos móviles, que desplazan por guías las facetas del techo mediante un sistema telescópico. Los cerramientos móviles pueden ser de dimensiones y alturas diferentes. Los hay que se despliegan a sólo unos centímetros por encima del nivel del agua, pero también los hay con su cúpula a una altura tal que aunque esté desplegada es totlamente posible maniobrar dentro de la pileta y aún más, en sus aledaños, son los cerramienos que suelen encontrarse en las piletas climatizadas.
En cuanto a su mecanismo los cerramientos plegables pueden ser automáticos o manuales. La diferencia que hay entre unos y otros es el sistema de ensamblaje y corrimiento de sus componentes. Los dos utilizan el sistema de desplazamiento a través de guías. El techo se pliega por fases, y es posible escoger hasta dónde abrir el cerramiento.
La principal diferencia entre unos y otros consiste en mientras en uno hay que correr a mano cada una de las facetas del techo, en los cerramientos automáticos esto se hace mediante un dispositivo de control remoto.
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